El brindis

Ernest está a pocas horas de convertirse en el alcalde más joven de la ciudad, mientas Mateu, sigue cerrado en su estudio intentando encontrar un nuevo lenguaje pictórico que le ayude a salir del olvido profesional. Los dos eran amigos íntimos y ochos años después de romper su amistad, el futuro alcalde se presenta en casa del pintor porque este le ha llamado sin dar más explicaciones que el mero deseo de verlo antes de las elecciones. Así pues, el encuentro termina siendo un pretexto para revivir la felicidad de un pasado común, pero no pueden evitar remover un secreto compartido que les ha llevado a esta historia de rencor donde nada es lo que parece, y donde cada brindis esconde un engaño sin perdón.