«A la Cara teatro» apuesta por un montaje rápido, como si fuera una montaña rusa en el que los diferentes números de los que consta la obra se suceden de tal forma que el espectador no tiene tiempo de apearse hasta el final mismo de la función. La relación con el público es constante y todo lo que se cuenta va dirigido a él, en clave de humor ácido, pero siempre con un trasfondo que nos hace pensar y plantearnos donde están lo límites de lo masculino y lo femenino.
¿Estamos realmente avanzando hacia la igualdad? ¿Qué parámetros utilizamos para medirla? El papel de la mujer cambia constantementeen nuestra sociedad, pero esto también afecta a los hombres que cada vez se encuentran más perdidos en cuánto a lo que deben ser y a lo que se espera de ellos. A la Cara invita al espectador aque sea él el que responda estas preguntas a través de la risa, un método menos tortuoso que otros para llegar al corazón de la verdad.